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Sexualidad infantil. ¿Cómo hablar sin rodeos?

hablar sin rodeosNo hace falta ser catedrático para hablar sobre sexualidad con los hijos, pero sí convendrá estar preparado para dar la mejor respuesta cuando surja la pregunta. ¿La clave? Contestar hasta donde ellos pregunten y llamar a las cosas por su nombre, siempre de acuerdo con aquel que las cosas tienen en el lenguaje infantil, a cada edad.

La sexualidad es una parte de la personalidad y vivirla positivamente dependerá, en gran medida, de las vivencias, experiencias y enseñanzas de la primera infancia.

“Tendemos a homologar inmediatamente sexualidad con genitalidad, y la sexualidad humana esencialmente tiene que ver con la búsqueda de placer”, dice Mónica Creus Ureta, mamá de Catalina y psicoanalista. Sus experiencias personales alimentan sus reflexiones: “Siempre pensé que daría de mamar, pero nunca imaginé que tanto -cuenta- Creo que dar de mamar es una de las primeras clases en esto de la educación sexual: contacto piel con piel, placer, mimos, caricias, besos, abrazos, upas, aceptaciones y rechazos. Seguramente, según haya sido nuestra propia historia será el modelo que ofreceremos a nuestros hijos”. Hablarles del amor, de la diferencia entre lo público y lo privado, del respeto hacia el cuerpo propio y el ajeno es parte de esa crianza.  La educación sobre la sexualidad empieza antes de pensar cómo se encara el tema.

“Comienza antes del nacimiento, con las actitudes que tienen los padres respecto del género, de la decisión sobre el color de ropa y los juguetes a los que tendrá acceso el niño o la niña”, dice el médico pediatra Hugo Sverdloff, secretario del comité de Pediatría Social de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Algunos padres dilatan el momento de dar las primeras informaciones por temor a que sea demasiado pronto. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los padres empiecen a hablar con sus hijos sobre sexualidad cuando ellos preguntan por primera vez de dónde vienen los bebés o alguna otra cuestión relacionada con el tema (generalmente, esto ocurre entre los 3 y los 4 años).  Ese es el momento de comenzar la comunicación verbal, aunque el aprendizaje ya se haya iniciado con anterioridad. Los bebes y los niños pequeños aprenden por experiencia y observación, no sólo por lo que se les dice. Por eso, las demostraciones afectivas de la pareja constituyen la educación sexual más temprana de los niños, y refuerzan la idea de que amar y acariciar al otro con respeto es algo maravilloso.

Los padres deben tener en cuenta que ellos son la mejor fuente de información con que cuentan sus hijos. Internet y la televisión ponen al alcance de los más pequeños una cantidad de mensajes que muchas veces no son capaces de procesar y otras tantas los confunden. Muchos padres creen que para hablar sobre sexualidad hay que respetar los géneros y, por lo tanto, el padre se ocupará de hablar con el hijo varón y la madre, con la mujer. Pero esta decisión no es la mejor cuando uno de los padres no se siente cómodo hablando sobre el tema con sus hijos. Los especialistas de las sociedades de pediatría recomiendan que encare la responsabilidad el que se sienta más preparado para hacerlo, sin importar su género.

De tres a cinco años

Durante la edad del jardín de infantes, la sexualidad se expresa sin restricciones porque los chicos todavía no tienen totalmente internalizadas las normas de lo que se debe y lo que no se debe hacer, ni de lo público y lo privado. Esta etapa es la de los “noviazgos”, los besos, la exhibición de genitales, etcétera. Buscan abiertamente el contacto corporal, las caricias, los mimos, los abrazos y las cosquillas. “A esta edad, los niños comienzan a descubrir que corporalmente no somos todos iguales. Que aunque tengamos muchas cosas parecidas, hay una parte del cuerpo humano que es diferente en los varones y en las mujeres”, dice la licenciada Virginia Martínez Verdier, secretaria general de la Federación Sexológica Argentina.

Los chicos de esta edad les suelen preguntar a sus padres:

¿Por qué las mujeres y los varones somos diferentes?

¿Por qué las nenas hacen pis sentadas? ¿Porqué las nenas no tienen “pito”?

¿Cómo se hacen los bebés?

¿Cómo llega el bebé a la panza de mamá? ¿Cómo nace un bebé?

¿Por qué el “pito” se me pone duro cuando lo toco?

Según la Academia Americana de Psiquiatría Pediátrica y Adolescente, un niño de cinco años puede conformarse con la sencilla contestación de que “los bebés vienen de una semilla que crece en un lugar especial dentro de la mamá. El papá ayuda con su semilla y cuando ésta se combina con la semilla de la mamá, el bebé comienza a crecer”. Este es un momento especial para los padres, porque con su actitud les demostrarán cuál es la disposición que tienen para hablar del tema. Como adultos, los padres podrán comenzar a poner en práctica el hábito de la comunicación e ir preparándose para preguntas más complicadas, como las que aparecen durante la adolescencia. “Cuando los padres no saben qué responder -dice la psicoanalista Eva Rotenberg, de la Escuela para Padres-, sin darse cuenta inhiben la posibilidad de preguntar de los hijos, porque éstos, aunque no lo puedan procesar, perciben el estado de ánimo de los padres. Los chicos dejan de querer saber y ésta es una de las causas de posteriores dificultades de aprendizaje.”

Para recordar

. Los chicos no son adultos, y sus curiosidades sobre la sexualidad tienen que ver más con su curiosidad general que con detalles propios de la sexualidad adulta.

.Los especialistas recomiendan responder a sus preguntas y tratar el tema con naturalidad.

Dra. Graciela Ficcardi

Fellow Internacional en

 Ginecología Infanto-Juvenil,

mat. 1734

Publicado en: Educación Emocional
Etiquetas:
abracadabra, os, padres, revista, Sexualidad

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